Salud desde el origen

¿Qué es la salud? ¿Qué es la sanación?
No entendemos qué es la salud.
No entendemos qué es la sanación.
Y tampoco entendemos qué es la  llamada comúnmente enfermedad.
Durante generaciones nos han enseñado que estar sanos es no tener síntomas.
Pero eso es falso.
La salud no es la ausencia de síntomas.
La salud es un estado de equilibrio total: físico, emocional, mental, energético y espiritual.
Y la sanación es el proceso que nos lleva hacia ese estado de equilibrio.










El error de la desfragmentación.
Tanto la medicina convencional como muchas terapias alternativas siguen trabajando desde la desfragmentación.
¿Qué significa esto?
Que se enfocan en eliminar el síntoma, sin mirar el origen.
Eso no es sanar.
Eso es remendar.
Cuando aparece un síntoma, lo tratamos como si fuera el problema. Pero el síntoma no es el problema. 
Es solo la expresión visible de un desequilibrio que empezó mucho antes en planos que no vemos ni conocemos.

El origen del desequilibrio.
Los desequilibrios no nacen en el cuerpo físico.
Nacen en la mente y se manifiestan en la energía, entre otros.
Antes de que algo se manifieste en el cuerpo, ya ha puesto en desequilibrio muchas otras capas del ser.
Pero como no las vemos, no las sentimos, no las entendemos, no las atendemos.
No nos conocemos.
No sabemos cuál es nuestro estado real. Nunca lo supimos.
Por eso no sabemos qué necesitamos sanar.

La sanación empieza antes de nacer.
La sanación es un proceso largo.
No empieza cuando aparece el síntoma.
Empieza mucho antes.
Incluso antes de la vida intrauterina. 
Nuestra alma ya llega con procesos pendientes, con memorias que desconocemos, con información que nos afecta sin que seamos conscientes.
Y en la primera célula que da origen a nuestro cuerpo físico, ya está presente toda la información ancestral: materna y paterna.
Solo con esto, ya podemos entender que no nacemos sanos. 
Y que nuestra responsabilidad y principal propósito en esta vida física es sanar en totalidad.

Somos una unidad.
No somos fragmentos. Somos cuerpo, energía y espíritu. Todo eso forma una sola unidad.

"Sanar es conocernos, tener conciencia de lo que somos y quién somos. Pero para sanar, hay que estar dispuesto a soltar lo que nos desequilibra (enferma). Y desde ahí, acompañar el proceso que nos lleva a vivir desde el verdadero concepto de salud: la que nace del equilibrio profundo entre todas nuestras dimensiones."